3.1. Los Reyes Católicos: unión dinástica e instituciones de gobierno.

Isabel y Fernando se casan en 1469. Tras la muerte de Enrique IV se produce  una guerra civil entre Isabel y Juana. Isabel contó con el apoyo de parte de la nobleza castellana, de las ciudades vascas y de Aragón. Juana contó con el apoyo de parte de la nobleza castellana, Portugal y Francia. En 1479 acaba la guerra con la firma del Tratado de Alcacovas-Toledo, por el que ambas renuncian a sus derechos en el trono de su contrincante y se reparten las zonas de expansión en el Atlántico. En este mismo año Fernando llega al trono y deciden gobernar conjuntamente sus territorios (Concordia de Segovia) pero la unión de Castilla y Aragón fue meramente dinástica y no institucional, ya que cada reino conservó sus particularidades (leyes, instituciones…).

Con los Reyes Católicos se produce el paso a una monarquía autoritaria, sentando las bases del Estado moderno con instrumentos de control como la Santa Hermandad, el tribunal de la Inquisición, la limitación del poder de las cortes, los nobles y el clero.  Su administración central se vuelve compleja y se burocratiza. Las Cortes pierden importancia y van a ganar mucha importancia los consejos divididos en territoriales y temáticos. En la administración territorial destacan los corregidores la máxima autoridad municipal y la justicia recaía en las Chancillerías (tribunales superiores) y audiencias.  Las novedades y reformas institucionales sobre todo se realizan en la corona de Castilla. En la corona de Aragón, debido al pactismo, apareció la figura del virrey.

Epígrafes