5.1. La Guerra de la Independencia: antecedentes y causas. Bandos en conflicto y fases de la guerra.

5.1. La Guerra de la Independencia: antecedentes y causas. Bandos en conflicto y fases de la guerra.

 

  1. ANTECEDENTES Y CAUSAS

El sistema de Antiguo Régimen en España en 1808 no fue destruido por la invasión francesa, sino que esto solo lo aceleró. Fue el resultado inevitable de un proceso de degeneración que se había acelerado en las décadas finales del siglo XVIII. El reinado de Carlos IV se caracterizaba por la debilidad interna y por vivir en el contexto internacional de la revolución francesa.

1) El estado era muy débil económicamente derivado de unas guerras continuas (empezó a emitir sin parar vales reales) que a su vez vio agravado por las crisis de sus relaciones con su imperio colonial interrumpidas por las guerras con Inglaterra. Las medidas borbónicas habían agotado sus efectos. El liberalismo comercial se estableció sin que se basase en productos nacionales.

La guerra de la convención contra la Francia había obligado además a recurrir a nuevas contribuciones sobre el clero, autorizadas por el papado, que culminaron en la desamortización eclesiástica de 1798.

El objetivo de estas desamortizaciones era recaudar suficiente dinero para solventar las deudas del Estado, lo que ya no podía hacerse porque en 1804 el estado entró en Bancarrota

2)Otro de los mayores problemas era el del campo. Buena parte de la tierras eran de «manos muertas». Es decir, de propietarios que tenían prohibido venderlas. Por lo tanto, los verdaderas personas que querían sacarles rendimiento no podían comprarlas. Además sobre la producción agrícola además de los impuestos del estado pesaban los derechos señoriales y el diezmo.

La ineficacia de la agricultura española se manifestó con la sucesión de hambrunas en los primeros años del siglo XIX que hizo aumentar el odio contra Godoy. Unas protestas que continuaron tras la caída de Godoy enlazando con la Guerra de la Independencia.

3) La política internacional española había arruinado al estado en una vano intento de asumir un papel de gran potencia en medio de los enfrentamientos entre Francia y Gran Bretaña, que acabarían por convertir al gobierno español en poco más que un satélite del imperio napoleónico.

La Revolución Francesa provocó miedo entre las autoridades españolas, que se asustaron ante la posibilidad de que se extendiera el movimiento. Por ello decidieron cerrar las fronteras.

Tras la ejecución de Luis XVI en 1793 España declaraba la guerra a Francia. Era algo más que una alianza de familia, España declaraba la guerra a aquellos que habían roto el Antiguo Régimen. Si bien en un comienzo el ejército español tuvo ciertas ventajas, en 1794 las tropas francesa fueron ocupando buena parte de Cataluña y Guipúzcoa. Preocupados por sus avances ahora en Álava y Navarra Godoy firmó la paz al margen de sus aliados en la Paz de Basilea de 1795. España recibió todo el territorio conquistado, pero cede la Isla de Santo Domingo y ciertos derechos comerciales.

Sin embargo, un año después por el Pacto de San Ildefonso se restaura la alianza con Francia, porque Godoy pensaba que Inglaterra era el gran enemigo de España por su entrada en el mercado colonial americano.

La nueva guerra contra Gran Bretaña iniciada en 1796 tuvo como consecuencia la derrota naval del cabo de San Vicente, la pérdida de las islas de Menorca y de Trinidad y el bloqueo naval con sus colonias. Paralelamente España declaraba la guerra a Portugal en la Guerra de las Naranjas. La Paz de Amiens de 1802 parecían poner fin a estos enfrentamientos, en los que los ingleses devolvieron Menorca, pero no Trinidad y volvía a funcionar el tráfico con América.

Sin embargo, en 1804 comenzó una nueva guerra contra Inglaterra, bajo la órbita de Napoleón. El gobierno se vio obligado a secundar sus planes de guerra, para los que necesitaba a la flota española. La escuadra conjunta Franco-Española sería derrotada en la Batalla de Trafalgar.

Tras ello llegaría el momento en que Napoleón consideró que le convenía invadir Portugal, que como aliado de Gran Bretaña, representaba un obstáculo para su plan de bloqueo continental, negoció por ello con España el tratado de Fontainebleau (27 de octubre de 1807) por lo que las tropas francesas podían cruzar España.

Todos estos pasos llevarían a la crisis de 1808.

En la noche del 17 al 18 de marzo de 1808 tuvo lugar en el motín de Aranjuez, donde se encontraba la familia real. Su propósito era impedir la marcha de los reyes que, alarmados por la conducta de las tropas francesas que entraban en España, pretendían dirigirse a Sevilla.

El 19 de marzo Carlos IV abdicó en su hijo. Sin embargo, Napoleón no reconoció a Fernando y Carlos IV pronto se arrepintió. Napoleón requerido por ambas partes, intervino en la disputa de la Corona forzando a padre e hijo a arreglar sus diferencias en Bayona. Con los reyes en Francia Napoleón obligó a traspasarle el trono, que a su vez, entregaría a su hermanos José Bonaparte en las abdicaciones Bayona.

Entre otras medidas los franceses se disponían a eliminar el Antiguo Régimen y a fin de hacer más atractivo su Gobierno, el rey José hizo publicar el Estatuto de Bayona, una especie de constitución, que daba un aire liberal que cuestionaba los fundamentos del Antiguo Régimen. Todas las medidas napoleónicas pretendían liquidar el Antiguo Régimen: la abolición del régimen señorial, las desamortizaciones…

  1. BANDOS EN CONFLICTO Y FASES DE LA GUERRA.

2.1 BANDOS EN CONFLICTO Y PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LA GUERRA.

La inquietud que se había extendido por Madrid desde mediados de abril acabó estallando el lunes 2 de mayo cuando Murat tenía orden de enviar a Bayona a los miembros de la familia real que quedaban. El intento del pueblo de Madrid por evitar la marcha del hijo pequeño de Carlos IV acabó con una lucha sangrienta por las calles de Madrid y con los fusilamiento del 3 de mayo como escarmiento por parte de Murat.

Los levantamiento del 2 de mayo de 1808 degeneraron en la Guerra de la Independencia (1808-1814). La lucha contra los franceses acrecentó el sentimiento de pertenencia a una misma nación. Sin embargo, bajo la aparente unidad había dos grandes tendencia entre los españoles enfrentados a los franceses.

Una que luchó contra Napoleón y el Antiguo Régimen y otra que luchó contra Napoleón y por volver al absolutismo (la gran mayoría). El discurso ideológico contra los franceses lo proporcionó el bajo clero, que convenció al pueblo de realizar «una cruzada contra los franceses».

El otro núcleo de españoles fueron los afrancesados, partidario del régimen de los Bonaparte.

La Guerra de la Independencia fue una guerra con un claro carácter nacional y popular en el que se mezcló la combinación del uso del ejército regular y el uso de las guerrillas.

2.2 FASES DE LA GUERRA.

Resistencia a la ocupación: Bailén y la retirada del ejército francés (mayo-noviembre de 1808).

Francia se encontró con la inesperada resistencia de los españoles. La revuelta en su origen venía del malestar con Godoy que se extendió gracias al comportamiento de las tropas en el terreno y la difusión de las noticias del 2 de mayos y la brutal represión tras la misma junto a las abdicaciones.

Aunque la toma de las ciudades se previa fácil no fue así como puso de manifiesto la resistencia de ciudades como Girona o Zaragoza.-Pero a los invasores todavía les esperaba lo peor: primero en el paso de Bruch y la derrota de Bailén. Su hermano José I que acababa de llegar a Madrid tuvo que huir a Vitoria. En Portugal la llega del ejército de Wellington obligó a los franceses a abandonar el país. Por lo tanto, en octubre de 1808 la presencia francesa se limita al norte de la península.

Con el estallido se produjo un gran vacio de poder. De esta manera, en los territorios no ocupados algunos ciudadanos prestigiosos establecieron un nuevo poder: las juntas provinciales que asumían el poder y legitimaban su autoridad en nombre del rey ausente. Enseguida se vio la necesidad de superar la división provincial y establecer un Gobierno nacional unitario. Así se formo la Junta Suprema Central, máximo órgano gubernativo durante la guerra.

Reacción francesa (noviembre 1808-1812).

A principios de noviembre de 1808 Napoleón entró en España para poner remedio a las primeras derrotas. El avance francés fue tan contundente que José Bonaparte en enero de 1809 volvía a la capital.

En diciembre de 1808 Napoleón entró en Madrid y publicó los “Decretos de Chamartín” que abolían el feudalismo y la inquisición, disolvían las órdenes religiosas y permitían desamortizar sus bienes. Esto demuestra el poco poder real que tenían José I.

Durante todo 1809 siguieron las derrotas de los españolas, lo que provocó que los españoles fuesen abandonando el ejército regular y fueran apuntándose en las guerrillas. Su finalidad no era la de conquistar y dominar un territorio, sino la de atacar constantemente a los franceses y evitar así que pudieran controlarlo. Soult conquistaría sin problemas Andalucía rindiéndose Sevilla el 1 de febrero de 1810

La junta Central que había huido a Sevilla iría a Cádiz, único rincón del sur libre de la ocupación francesa.

Derrota del ejército francés (1812-1814)

En la primavera de 1812 la guerra dio un giro definitivo. Napoleón cada vez necesitaba más tropas en el frente ruso. Esa retirada fue realmente la que allanó el terreno hacia la victoria. Wellington tras vencer en julio de 1812 en Arapilés llegó a Madrid haciendo que Jose I abandonase la capital. A su vez Soult abandonaba el sitio de Cádiz. Sin embargo, una nueva contraofensiva lograría restablecer las posesiones.

En la primavera de 1813 el general británico lanzaba de nuevo su acometida, sin que lo franceses pudieran parar su avance. Los franceses abandonaron Madrid y sufrirían una gran derrota en Vitoria. Vencido también en Alemania, Napoleón se apresuró a llegar a un acuerdo con Fernando VII al que le devolvió la corona de España por el Tratado de Valencay (diciembre de 1813).

Barcelona fue la última posesión que abandonaron los franceses el 28 de mayo de 1814

2.3 CONECUNCIAS

Se calcula entre 200.000 y 350.000 muertos. La guerra dejó una economía totalmente arruinada, agravada por el inicio de las independencias americanas.

La guerra a su vez había dañado también la continuidad del viejo modelo social, por ejemplo, los campesino comenzaron a negarse a volver a la situación anterior a la guerra ya que durante esta dejaron pagar unas rentas cuyo origen cuestionaban. En este terreno el restablecimiento de las cosas al estado anterior a 1808 no podía ser tan radical como hubiese querido el absolutismo.