El siglo XVI fue positivo a nivel demográfico y económico para España. Sin embargo, la economía tenía puntos débiles como la inflación o el hecho de estar hipotecada. A finales del siglo XVI hubo sucesivas bancarrotas que anunciaban la crisis del siglo XVII.
El siglo XVII acabó con menos población que con la que comenzó debido a las cruentes epidemias coincidiendo con épocas de carestía y hambre, la expulsión de los moriscos y las frecuentes guerras exteriores y el incremento de los miembros del clero que provocaron el descenso de la tasa de natalidad.
La producción agrícola disminuyó debido a malas cosecha o la caída de la población que llevó a la concentración de la propiedad. La Mesta comenzó una recesión a finales de siglo XVI que se acentuó en el XVII. La industria textil castellana decrece al tener una escasa inversión o al no poder competir contra productos extranjeros.
Entre 1575 y 1675 el tráfico entre España y América disminuyó en un 75 % y el comercio con las Indias pasó a manos extranjeras. El comercio se hundió debido a la competencia inglesa y holandesa , así como por el creciente autoabastecimiento de las Indias y el agotamiento de las minas americanas
Una situación que empeoró por la incorrecta política económica de la Corona como la devaluación monetaria o la venta de cargos.
La crisis económica y demográfica unido al fracaso de la política exterior hizo que la monarquía hispánica durante el siglo XVII perdiera su hegemonía en Europa.