9.1Alfonso XIII y la crisis del sistema político de la Restauración: los partidos dinásticos. Las fuerzas políticas de oposición: republicanos, nacionalistas, socialistas y anarcosindicalistas.

9.1 Alfonso XIII y la crisis del sistema político de la Restauración: los partidos dinásticos. Las fuerzas políticas de oposición: republicanos, nacionalistas, socialistas y anarcosindicalistas.

LOS PARTIDOS DINÁSTICOS

Durante el reinado de Alfonso XIII se va a ir produciendo un deterioro notable del sistema de la Restauración debido a diversos factores.

-La inestabilidad política debido a la falta de un líder claro en los partidos dinásticos.

-La mala gestión de Alfonso XIII que sobrepasa sus funciones.

-Una opinión pública cada vez más dura contra el sistema.

-La fuerza creciente de los grupos de oposición.

-El crecimiento del intervencionismo del ejército.

-El aumento del terrorismo anarquista.

Derivado del movimiento regeneracionista los partidos del turno son consistentes de la necesidad de introducir cambios desde el gobierno a través de proyectos revisionistas que buscaban distintos objetivos:

-Revitalizar las instituciones parlamentarias.

-Atajar los problemas sociales.

-Democratizar el sistema, pero no se atrevieron a acabar con el caciquismo y la manipulación electoral por la fragilidad de la situación.

Los gobiernos más relevantes fueron:

En 1899 la regente María Cristina otorgó su confianza a Silvela nuevo líder del Partido Conservador. El nuevo presidente tenía proyectos de descentralización administrativa, proyecto de nuevos impuestos para hacer frente a la deuda contraída durante la Guerra de Cuba. Ante las protestas por las cargas fiscales por los políticos más renovadores fueron dimitiendo y en 1901 María Cristina dio el poder a los liberales. El turnismo había sobrevivido al desastre del 98.

En 1902 subía al trono Alfonso XIII coincidiendo con la llegada de la nueva generación de políticos regeneracionistas.

Un nuevo gobierno de Silvela 1902-1903 intentó proyectos de descentralización política para integrar a los nacionalistas catalanes pero fracasó por la oposición de su propio partido.

Maura que llegó al poder en 1903 y 1907-1909 tenía la idea de la revolución desde arriba para que no lo cambiase una revolución desde abajo. Para ello, intentó la regeneración del sistema a partir de la formación de una nueva base social, las llamadas masas neutras con cuya ayuda pretendía configurar un Estado fuerte, capaz de gobernar de forma eficaz y de conseguir desbancar a la vieja casta caciquil como impedir que las clases populares adquiriese excesivo protagonismo. En esa dirección se llevó a cabo una reforma electoral (1907) que no consiguió ni acabar con la corrupción ni democratizar el sistema político, pero que hizo más difícil el fraude electoral.

También intentó reformar la economía y en el terreno social aprobó leyes, pero siempre con una defensa del orden social duro, como demostró en los sucesos del Semana Trágica de Barcelona (1909) cuya brutal represión fue la causa principal de la caída del gobierno conservador.

En 1910-1912 Canalejas formó un nuevo gobierno liberal, con un programa para modernizar la política y atraer a ciertos sectores populares a partir de un mayor reformismo social y limitar el poder de la iglesia: separación de la Iglesia y el estado, la ley del candado. Uno de los elementos básico de su política fue la política social como la sustitución de impuestos del consumo por un impuestos sobre la rente, ley de reclutamiento, supresión de la redención en metálico, leyes encaminadas a mejorar las condiciones laborales…

Canalejas fue sensible al problema de las autonomías regionales especialmente la catalana porque consideraba que su incorporación ayudaría al estabilizar el sistema. Así nació el Proyecto de Ley de las Mancomunidad que daría a Cataluña la posibilidad de gestionar algunos servicios públicos. Pero este proyecto y otros fueron suspendidos por su asesinato.

Dato (1913-1915, 1917) Será el encargado de aprobar la Ley de Mancomunidades y de decretar la neutralidad de España en la IGM. Además de llevar a cabo una serie de reformas sociales como un sistema de pensiones financiado por el Estado, empresario y trabajadores. Este programa se vio frenado por la crisis de 1917 y su posterior asesinato.

LAS FUERZAS DE OPOSICIÓN

El republicanismo fue la principal fuerza de la oposición desde inicios del siglo XX, pero tuvo el problema de su división en grupos. Para evitar eso nacería en 1903 la Unión Republicana De Salmerón y Lerroux. Sin embargo cuando Salmerón se integró en la coalición Solidaridad Catalana, Lerroux se fue y creo el Partido Radical marcado con un claro carácter anticatalanista que con un discurso anticlerical y supuestamente revolucionario logró apoyos de las clases populares catalanas. Después de la semana trágica moderó su discurso y se trasladó a Madrid.

A excepción de Lerroyx la colaboración del republicanismo con el PSOE creo la Conjunción republicano-socialista.

En 1912 nacería un partido nuevo, el Partido Reformista de Álvarez, pero nunca llegó a ser una formación numerosa y evolucionó hacia posiciones monárquicas.

En Cataluña destacó el predominio de la conservadora Liga Regionalista de Prat de la Riba y Cambó que obtuvo notables éxitos y gobernó la mancomunidad entre 1914 y 1923. Paralelamente se fue consolidando un catalanismo de adscripción republicana: 1905 se creó el Centre Nacionalista República y en 1910 la Unió Federal Nacionalista Republicana. Sin embargo, a pesar de estos y otros partidos el republicanismo catalán fracasará hasta que Esquerra Republicana de Catalunya gane las elecciones de 1931.

El nacionalismo vasco durante el primer tercio del XX estuvo marcado por las disputas sobre los aspectos que debían predominar en el PNV: independentismo, autonomismo o el catolicismo. En 1916 el PNV pasó a llamarse Comunión Nacionalista Vasca. Sus escisiones más importantes fueron Aberri en 1921 reunificado con el PNV en 1930 y la Acción Nacionalista Vasca republicano y nacido en 1930.

El nacionalismo iría encontrando su feudal electoral en Vizcaya y el PNV crearía su propio sindicado ELA-STV para ganarse a los obreros. Desde 1917 su representación parlamentaria fue notable.

En los inicios del siglo XX el carlismo mantuvo presencia y sus bases. Pero con la muerte de Carlos VII y la llegada del pretendiente Jaime comenzaron a discutir. El problema más importante llegó durante la Primera Guerra Mundial por decidir a quien apoyar, escindiéndose el Partido Tradicionalista en 1919. Asimismo el Partido Católico Nacional o Integrista es una escisión de finales del XIX con una visión muy conservadora.

Tuvieron una visión antibolcheviue y pedían la necesidad de una dictadura. Apoyarán a Primo de Rivera y con la llegada de la República en 1931 se unirían en la Comunión Tradicionalista.

Al comenzar el siglo XX el PSOE era una fuerza relativamente pequeñas pero fue aumentado. Tenía unas directrices claras: no participar en grandes acciones revolucionarias para no poner en peligro al partido, diferenciarse de los partidos burgueses o aprovechar las oportunidades de las elecciones. De 3000 afiliados en 1899 pasó a 30000 en 1920.

La UGT creció más y fue partidario de la acción política para conseguir mejoras laborales o reformas sociales con un Largo Caballero que llegaría al cargo de secretario general en 1918. En 1914 tenía 120000 afiliados y en 1921 240000.

El estallido de la Revolución Rusa dio disidencias en la línea del PSOE, ya que algunos estaban a favor de llevar a cabo la línea bolchevique y se escindieron en 1921 creándose el Partido Comunista en España.

La CNT nacía en 1910 y se definía como revolucionario y presentaba una ideología basada en tres presupuestos: independencia del proletariado, la unión sindical y la voluntad de derribar al capitalismo. La acción revolucionaria debería llevarse a cabo mediante huelgas y boicots hasta proceder a la huelga general revolucionaria.

Destaca su colaboración con la UGT durante la IGM que desembocó en la convocatoria conjunta de la huelga general revol